Miércoles24 de abril de 2024

Sobre tus espaldas, Madre Sierra 8

“Han echado basura en mi verde jardín Si capturo al culpable de tanto desastre lo va a lamentar” (Silvio Rodríguez).


Fotografía: Esdras Camacho

Por rotativoenlinea.com

9 de enero de 2022 Actualizado a las 22:01:03

La era de la amnesia

Hipólito PS. / rotativoenlinea.com 

Esdras Camacho / fotografía / rotativoenlinea.com

El frío de enero silba melodías

Con su lenguaje que dicta y narra;

Que cuenta y acoge, y da, y no pide.


Hace frío, y en el vasto lenguaje de las enredaderas

De los verdes prados y de las veredas

Aún no puedo hallar cobijo.

¿Es posible que no sepa buscar?

 Hace frío, y el año nuevo tirita un lenguaje infinito

Cuyos significados corren y ríen entre las gotas del sereno del alba

En las faldas de las peñas donde manantiales límpidos susurran a la vida, porque son vida.


¿Es posible que no sepa escuchar? Seguramente, me justifico en mi monólogo, ellos no saben decir nada…


Pero ¿cómo entender ese lenguaje que no tiene palabras,

Que es imperfecto porque no avisa cuándo llega y cuándo se va, si está o se fue?


Seguramente, digo con miedo y angustia,

Mi derredor no sabe decirme

¿O yo no sé discernir? ¿Cómo es posible si soy era, soy evolución, soy pináculo?


¡Ay! Mis oídos no saben escuchar más que ignominiosos sonidos.


Mis labios no saben decir más que simples palabras que sólo saben acusar y dictar sentencias.


Y mis ojos, que no saben ver más allá del firmamento de los atardeceres de cuyas sonrisas brotan oro y zafiros, azucenas y margaritas.


Hace frío, enero es gélido,

Y ni siquiera el calor de todos las voces que quieren girar la rueda del tiempo a su favor,

Pueden calentar los viejos (y disque nuevos) tiempos


Hace frío, bajo este Manto Blanco

Que arropa el lomo de los gigantes

Que antes de sumergirse en su sueño milenario

Dictaron, con un lenguaje desconocido, las leyes que gotean con la lluvia,

Que crecen junto a las siembras,

Que son raíz y abono,

Esperanza después del sudor,

Alivio después de la confusión.


¡Pero yo! Un pobre huérfano entre está a tierras;

Un sordo,

Un mudo,

Un ciego,

Que oyendo;

Y hablando,

Y viendo;

No puedo oír,

Ni decir,

Ni ver

Los lamentos y las voces

Del lenguaje de los olvidados, de los condenados

Que murieron para que no murieran:

Sus oídos,

Sus mensajes que no son palabras,

Y sus miradas que son el ayer y nuestro mañana.