Viernes19 de abril de 2024

Una Canción bajo el Viento de Esaú Vázquez: Un Refrigerio espiritual

Esaú Vázquez logra con su poemario iluminarnos con esa luz que hemos olvidado de tanto ser concretos.


Por rotativoenlinea.com

5 de enero de 2023 Actualizado a las 20:01:42

Esdras Camacho / Artículo 

El profesor Oscar Cano Mancio, en clases de filosofía I “Todo es poesía es filosofía”, poeta fue Anaxágoras, poeta fue Pitágoras, lo mismo aquel que dijo Eureka mientras tomaba un baño de tina (Arquímedes), un tal Tales de Mileto que estudió la electricidad estática.  Sus explicaciones provocaron la confirmación de las sospechas acumulativas por experiencia del goce metafísico del pensamiento y la palabra, como alma de la ciencia y de la absoluta necesidad de reconciliación entre la Ciencia y el Arte.  

Toda propuesta poética entonces pasa por el filtro de la filosofía, ¿Está filosofando el autor al poetizar?, ¿Está siendo consciente del impacto de sus cavilaciones en sus técnicas discursivas?, ¿Servirá para algo más que para el goce estético lo pronunciado, quiero decir lo escrito?

El joven poeta Esaú Vázquez nacido en Copainalá, radicado actualmente en el Istmo Oaxaqueño, nos comparte su más reciente producción “Una Canción Bajo el Viento”, nos revela la curiosidad inasible del artista, el manantial de sus ideas; el proceso creativo como un juego. Su voz coincide con la de fenómenos físicos inexplicables, pero efectivos y a veces tangibles.

Dice en su poema Juego con el Viento “[…]Juego con la brisa, aquí en éste remolino sideral y asfáltico“ y nos sitúa en la esencia de su poemario, el propio título nos descubre quien es y cómo se siente.

Continúa: “[…]Entre el relámpago pardo de la tarde, un pájaro comienza su vuelo y la naranja guarda su silencio en mi voz”.

Aquí otra estrofa: “En la loma mística se detiene el tiempo, Sobre el cedro caído, En el gemido de la carne, Cae el canto de las garzas catalíticas y los caballos saltan y lloran”

¿Han escuchado hablar del tercer ojo?, un tercer ojo invisible con el cual todos contamos y que nos permite aumentar nuestra percepción de la realidad, este concepto místico en ciertas tradiciones espirituales asiáticas, es la sensibilidad a la que deberíamos arribar todos como seres vivos y así sintonizar con el universo, que es todo arte.  

Cito una estrofa: “Me alegra el surgimiento, de la luz en estos tiempos inexorables. Me enseña el rumbo donde galopo, el camino del barro distante […] Dame el fuego en esta tierra otra vez, No quiero apagar la luz”.

Entre el artificio de la posmodernidad, la poesía puede ayudarnos a desengancharnos de la Matrix, volver a lo simple para recobrar nuestra grandeza extraviada, por ello conviene hacerle caso al poeta enamorado cuando nos llama a la ternura, y nos llama a través de su arte a la simpleza primaria de admirar en silencio el mundo.  

Esaú Vázquez logra con su poemario iluminarnos con esa luz que hemos olvidado de tanto ser concretos. Si galopamos hacia lo abstracto como viajeros incansables, como él nos invita, tendremos un auténtico refrigerio espiritual.

Leer poesía, es homenajear el misterio de la vida, volver al origen, al asombro perpetuo del arcoíris y es pintarnos del color de la felicidad, recurso infinito del artista.

¿A dónde más recurrir para sentir consuelo, sino a la poesía? ¿Qué más aliento para sostenerse sobre este paisaje de arbotantes soledades… si no la poesía?  

Motozintla Chiapas,  Enero de 2023.

#OdiseasPosmodernas