Martes, 27 de mayo de 2025

Cartas para recodar la ausencia en vida: Carta a mi abuela

Al recibir aquella noticia de que tu corazón dejo de latir, me partió en mil pedazos, siendo que nadie se lo esperaba y es que la manera en que todo sucedió fue muy difícil; verte acostada en esa cama, conectada, sin poder hacer nada, ni cambiar las cosas...


Por rotativoenlinea.com

28 de octubre de 2021 Actualizado a las 23:10:10

Cantú Guillen Valeria Monserrat

Espinoza Macias Usiel Amauri

Hernandez Ramírez Divany del Carmen

Pimentel López Cesar Alejandro

Velasco Maza María Fernanda 

Estudiantes de Enfermería / ISEEECH

Que difícil han sido estos 4 meses en los que tu ausencia me a invadido, no sabes lo difícil que es enfrentar esta situación y aun no poder asimilarlo. Después de tu partida, muchas cosas cambiaron en casa y con la familia, ya no hay quien me levante y me de los buenos días; no tengo con quien sentarme en la mesa ya que, mamá y papá trabajan todo el día y tú eras mi compañía diaria; que bonito fue compartir contigo 15 años de mi vida sin pensar que llegaría el ultimo.

Al recibir aquella noticia de que tu corazón dejo de latir, me partió en mil pedazos, siendo que nadie se lo esperaba y es que la manera en que todo sucedió fue muy difícil; verte acostada en esa cama, conectada, sin poder hacer nada, ni cambiar las cosas; solo asimilar lo que había pasado. Pero ¿Cómo asimilar que ya no estarías más conmigo? Qué ya no volvería a verte, hablarte; abrazarte, si pudiera regresar el tiempo para decirte todas aquellas cosas que me guarde, no me sentiría como me siento ahora.

¡Gracias! por dedicarme de tu tiempo y por cuidarme cuando mis papás no podían hacerlo, por demostrarme tu cariño y no dejarme sola, gracias a tus consejos aprendí muchas cosas, pero, ahora solo me quedan recuerdos, recuerdos que vivimos juntas y que siempre llevare conmigo. Me enseñaste la mejor lección, enfrentar la vida sin estar preparada, que, de un día para otro las cosas pueden cambiar y que nada es para siempre; tal vez no me creías cuando te decía “te quiero” pero eso me salía del corazón y era lo que en realidad sentía, por que fuiste como una mamá para mí.

Aun que ya no estés, quiero que sepas que de verdad te quiero, te pido perdón por las veces que me porte mal y te conteste feo. Tome tú mano, en tú último momento y a pesar de que ya no me reconocías, siempre estuve ahí hablándote; no voy a olvidar la última vez que vi tú sonrisa y escuche tú risa, fue lo más hermoso a pesar de las condiciones en las que estabas; gracias por esperarnos para despedirte de nosotros y donde sea que estés, siempre te llevare en mi mente y en mi corazón…