Julio Cruz / Corresponsal Tiltepec / rotativoenlinea.com
Como cada miércoles, presentamos parte de la trayectoria del artista plástico chiapaneco Narcizo López, en esta ocasión hablaremos acerca del taller, un espacio de importancia en la vida del artista. Para los creadores del arte visual, el taller, simboliza muchos años de trayectoria, se viene modificando y acondicionando de mejor manera a lo largo del tiempo. Es ahí donde las ideas fluyen y lo intangible se vuelve tangible, visual, a través de las formas y colores se da lugar a impresionantes obras que expresan por si solas lo indescriptible.
“Mi taller es una parte esencial de mi vida, un reflejo de mi personalidad, es el alma del artista. Es un lugar donde puedes pasar muchas horas, puede ser grande o pequeño encuentras todo lo necesario para crear, es tu propio mundo. La parte creativa ayuda a resolver los pequeños detalles, si algún material o herramienta falta se resuelve ahí mismo. Es un espacio al que se anhela llegar cuando estas lejos. Estar ahí es reencontrarse consigo mismo. Se vuelve parte de tu vida y es tu verdadero hogar como artista, es algo íntimo”. Expresó Narcizo López.
El obraje es un lugar inspirador, se adapta de acuerdo a la personalidad del artista, puede haber cierto caos, pero dentro de ese caos hay un orden, solo el dueño lo entiende y lo necesita de esa manera. En el lugar de pintura te manchas y hay cosas regadas, son las evidencias que está en uso. Debido a su trabajo como profesor de artes, Narcizo ha tenido que improvisar pequeños espacios en donde se encuentre para continuar produciendo, ejerciendo su pasión, “porque para deslizar el pincel no se necesita más que un rincón de la habitación o un pequeño pasillo, lo importante es adaptarte y seguir plasmando en los lienzos ese mundo imaginario que solo vive en nuestras mentes” refirió el artista.
Para un artista es muy grato llegar al lugar de otro artista porque te inspira, a pesar que es un espacio que está lleno de imágenes, llegar al taller de alguien más es muy inspirador siempre hay algo nuevo que aprender además de la distinción que eso implica ya que cuando invitas a alguien a tu “laboratorio” es porque quieres compartir parte de tu esencia y de tu obra, es estar dispuesto a enseñarle a las personas algo más íntimo de ti.
“Tu taller se vuelve un estudio, una galería, una habitación, se vuelve todo. Es un lugar de meditación y cuando te encierras observas tu creación y ves el proceso que has tenido en diferentes etapas, el taller guarda momentos y es importante por ello tener un poco del trabajo que se ha realizado en diferentes tiempos, incluso hay obras que son muy personales que no pretendes vender, se vuelven parte de una colección particular. Disfruto mucho estar en ese espacio, me gustaría disponer de mayor tiempo para pasar más horas ahí, creando, creciendo artísticamente y desarrollando esas ideas que han quedado guardadas y que no se han podido plasmar. Se debe estar siempre en práctica y no dejar ir las ideas que fluyen.” enfatizó Narcizo López.
Por último, el artista compartió que ha nombrado a su espacio como “Taller armadillo”, retomando la iconografía de sus obras, a ese elemento que ha sido el constante y ha estado presente por mayor tiempo en sus obras.
