Jueves, 21 de noviembre de 2024

De cómo Tina e Isa se “alejaron” de la tecnología

Niña Regina González León, ganadora del primer lugar del 1er Concurso de Cuento Infantil “Rotativo escribe”, quien cuenta con 9 años de edad y cursa el cuarto grado de primaria.


Por rotativoenlinea.com

1 de mayo de 2022 Actualizado a las 17:05:13

1er Concurso de Cuento Infantil “Rotativo escribe”

Regina González León / rotativoenlinea.com   

En una comunidad indígena de Chiapas vivía una familia muy unida; el papá y la mamá se dedicaban al campo; ellos tenían dos hijas que cursaban el sexto y cuarto grado de primaria, respectivamente: la mayor se llamaba Tina y la menor Isa.

Ambas hermanitas, además de estudiar (para lo cual tenían que caminar hasta dos kilómetros de terracería para llegar a su escuela), ayudaban a su papá y mamá a la siembra de hortalizas y otros productos, como el maíz y frijol, de los cuales se alimentaban.

Pero, Tina, la mayor, estaba a punto de ingresar a la secundaria, lo que obligaría a la familia completa a dejar el pueblo, el campo, y mudarse a una ciudad, la más cercana de donde vivían.

Tras arribar a la ciudad, desempacaron y consiguieron un lugar donde vivir. Por el momento, todo era felicidad.

―¡Wow, hay muchísimas cosas aquí, hermanita! ―advertía Tina.

―Sí, ¡es impresionante todo, hermanita! ―respondía Isa.

Entre las “maravillas” que habían visto, sobresalía la tecnología. Y se maravillaron aún más porque en su pueblo no había nada de eso. Y fue tanto el asombro, que ambas pidieron a sus padres que les compraran un teléfono celular. Esto, al parecer, sería un grave error.

Tina e Isa se “enviciaron”, al grado de ya no obedecer a sus papitos, mucho menos ayudarles en las labores del hogar; sin embargo, un día se dieron cuenta de que eso no era lo correcto; se acordaron de lo difícil que había sido la vida en su pueblo; al parecer habían reaccionado.

―Hermana, tenemos que hacer algo, apoyar a mamá y papá, obedecerles, como antes ―advirtió en principio Tina.

―Sí, tienes razón hermanita, la tecnología es buena, pero hay que saberla utilizar; lo hemos hecho mal, ya no les hacemos caso ―respondió Isa.

Entonces, Tina e Isa ya no les dedicaban tanto tiempo a sus teléfonos celulares, sino solo pocas horas, para cuestiones de tareas, y menos tiempo para divertirse, pues se dispusieron a ayudar en las labores del hogar o para lo que sus padres las requirieran.

Se dieron cuenta de que, sin duda, la tecnología las había alejado de lo más importante: la unión familiar.