Martes16 de abril de 2024

Sobre tus espaldas, Madre Sierra 39

Un rio cae del cielo / Se desprenden los párpados del sol / La agonía de vivir al día / Es un transeúnte entre los hombres / Un paseante, una red; / Es un esténtor en la cima del miedo / Las notas de un piano melancólico.


Por rotativoenlinea.com

29 de agosto de 2022 Actualizado a las 10:08:11

Los herederos


Hipólito PS. / rotativoenlinea.com

Fue el lunes en que la ceniza cayó

Sobre las cicatrices de los campos

El día prometía una sutura en el calendario

Nacieron nuevas canciones

La nostalgia pernoctó con la noche

En el aposento del limbo

Del ama de las sombras.


Las luces de los corredores

Se corren de las tardes

Que divisan la ceguera del entorno

La brisa del blanco manto

Cubren más que las espaldas de mi Sierra

Cubren las lejanas injusticias,

Las cercanas injusticias.

La mirada de los hijos de los granos

Solo evocan una tristeza

Que recorre cada esquina de

Las memorias y los días.


Un rio cae del cielo

Se desprenden los párpados del sol

La agonía de vivir al día

Es un transeúnte entre los hombres

Un paseante, una red;

Es un esténtor en la cima del miedo

Las notas de un piano melancólico.


Se fue el lunes,

El martes es una copia,

El miércoles un reloj borracho,

El jueves la resaca del domingo;

Vivo siempre, a pesar del gigante que corta;

Vivo contra la ciega mente del que no es carne,

Los viernes muere la serena promesa

De ser uno con el vacío

Pero el aporreador de mazorca descansa

En viernes,

El ser que se hizo hombre

Y bajó a pensar como ellos; fue apresado en viernes;

El mejor amigo de todos los Robinson Crusoe

De todos los extraviados;

Se llamaba Viernes.


El crepúsculo anima a las mujeres

A cortar la hoja de milpa

Amazan con destreza

Las milenarias bolas de masa

Serán tamales sobrios, rígidos, silenciosos.

Es viernes el inicio del sábado santo,

Del reposo

Y es que Dios descansó

Por crear el mundo y todo lo que habita en él:
¿De qué descansamos nosotros?

¿Del domingo al viernes?

Solo somos una risa que se perdió entre el llanto

Pero es viernes

Tiemblan los ingrávidos montes,

Lloran las nubes un ácido llanto,

Y el poeta del pueblo

Vuelve a morir

En viernes,

En lunes:

Siempre.