Por: Luis Adrián Miranda Pérez
Profesor e investigador
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Angélica Tovar es una experimentada y comprometida tutora que en las últimas semanas me ha sensibilizado, principalmente sobre el tema de la menstruación; una cualidad que se cree es un asunto de mujeres, pero que en general, todos y todas tenemos relación y mucho que aprender.
A causa de la relación tutora que establecí con Angy (como solemos decirle) aprendí que no solo las mujeres menstrúan -esto suele ser muy controversial, pero cierto-, lo hacen también quienes no se identifican con el binomio mujer, los hombres trans, los/las intersexuales o cualquier persona que su fisiología lo permite.
Existe todo un conjunto de nombres, creencias y mitos sobre la menstruación, que comúnmente suelen ser negativas y dotadas de tabúes que limita a las personas a vivirla de manera digna (lo digno está relacionado al movimiento de varias organizaciones sociales que promueven este derecho en las mujeres).
En torno a la menstruación se dice mucho, pero se reflexiona poco. Además, suele ser un asunto del que se habla en privado, porque existe toda una pedagogía del desprecio a nuestro cuerpo, es decir, aprendemos a ocultarlo, menospreciarlo, reducir sus posibilidades, a invisibilizarlo y desprendernos de él (esto último a modo de metáfora).
¿Por qué debemos normalizar la menstruación? Porque en la medida en que lo abordemos y reflexionemos, desmitificamos su causa y, además, se reducirán las brechas de desigualdad entre las personas. Por ejemplo, ¿usted sabe cuánto gasta al año una persona en toallas sanitarias y cómo hace para costearlas? ¿cuánto tiempo se destina al aseo personal por esta causa y lo que implica en la vida diaria? ¿sabe qué es la copa menstrual y para qué sirve? En su trabajo ¿existe flexibilidad laboral para quienes menstrúan? En la escuela ¿se proporcionan productos sanitarios gratuitos para este fin? ¿usted como profesor o profesora qué hace cuando una estudiante está en su ciclo menstrual? ¿detiene la clase para que el aprendizaje sea equilibrado? Y así podría seguir preguntando porque es un tema con muchas aristas.
La menstruación no solo compete a las personas que menstrúan y, si bien son las más afectadas, los estigmas y malas prácticas en torno a ella, se reducirán en la medida en que aprendamos que es un asunto de todos y todas.