Malitzin Yolo / rotativoenline.com
Siempre me he preguntado ¿qué ven las y los creativos?, en este tiempo del siempre, me refiero a la hora de corregir un texto, llegar a una exposición, escuchar, leer, ver el arte ya realizado.
En este caso, cuando escriben ¿aparece una pantalla en sus ojos que les indique qué escribir?, ¿lo sueñan?, ¿son pitonisas?, ¿les dicen en el oído algo?, y así, un sinfín de posibilidades para descubrir qué guarda en su mente una persona creativa.
"Entonces, escribo" me refiere a otra posibilidad: escribir desde donde dicta el corazón. La vivencia de Damaris del día a día se ve a través de la ventana, a través de las sugerencias de lecturas -y como dice Valeria Valencia "leer a Damaris contagia sus ganas de leer"- a través de Daniel Pulido, su amigo y cómplice de aventuras y lecturas, a través de un monitor, a través de una pandemia, a través de sus minimos y del Trino.
"Entonces, escribo" viene de la creatividad de sentirse bien, de sanar mediante la escritura, porque para sanar también tenemos que ser creativas y creativos: crear para sanar.
En 21 columnas periodisticas del género cultural, Damaris nos da la bienvenida a esa parte de su vida, a esa intimidad que refleja ese mar de recuerdos, que sin duda, en algún fragmento estarás identificada (o) en ese su sentir.
(Texto leído durante la presentación de "Entonces, escribo" en la Galería Rodolfo Disner, el 23 de noviembre de 2024)