En la Asociación Ganadera de Pichucalco no cabía un alma más, más de mil cien ciudadanos provenientes de Reforma, Juárez y Pichucalco se registraron para participar en la gran asamblea del Movimiento de Esperanza, un encuentro que encendió el espíritu del norte chiapaneco y confirmó que la gente ha decidido tomar en sus manos el rumbo de su futuro.
El ambiente fue una mezcla de entusiasmo, orgullo y determinación, desde temprano, mujeres, jóvenes y hombres de campo comenzaron a llegar, no había colores partidistas, solo un sentimiento compartido, la esperanza organizada.
“Aquí no vinimos a esperar que alguien nos salve; vinimos a demostrar que el pueblo sabe y puede organizarse por sí mismo”, expresó uno de los coordinadores del movimiento entre aplausos y gritos de apoyo.
La asamblea celebrada en la Ganadera se convirtió en un punto de encuentro histórico para el norte de Chiapas. Pichucalco, conocida como la puerta de entrada a esta región, hoy se erige como la puerta política del cambio, un símbolo de fuerza ciudadana que ya marca el ritmo de una nueva etapa para el estado.
El Movimiento de Esperanza crece sin imposiciones, sin intermediarios y con una sola bandera, la de la gente que cree que Chiapas merece más.
Con esta multitudinaria reunión, el mensaje es claro y contundente, la esperanza ya no es un discurso, es una fuerza organizada que avanza con convicción y corazón.
Porque cuando el pueblo despierta y se une, no hay poder que detenga la esperanza.