Cecy Gordillo / rotativoenlinea.com
La respuesta es sí, a través del arte además de comunicar y transmitir se descubren emociones, sentimientos e ideas.
Al transmitir las emociones en el arte, cada persona reacciona de diferente manera, al ver una película, al observar una pintura o al escuchar una canción, generando así un canal de manifestaciones como medio de expresión.
Con ello dicen los expertos que se reduce el estrés, se superar problemas emocionales, entre muchos otros beneficios.
Se trata de sentir los efectos que puede llegar a producir el ARTE, dejarse llevar para producir los cambios de conducta en nosotros mismos, hasta alcanzar el equilibrio emocional.
No es necesario ser profesionales en el arte, tampoco se trata de crear una perfección artística, ni aprender a pintar, a cantar o escribir música u otras habilidades del ámbito artístico, se trata pues de utilizar esa herramienta como una opción de aprender a expresarnos a través de las emociones dejándose llevar por el inconsciente.
El cuál permitirá crear una relación coherente entre lo emocional y cognitivo (pensamientos), y lograr ponerle adjetivo a eso que se ha ocultado y no se ha sabido manejar, que al manifestarse da paso a sintomatologías de estrés y ansiedad.
¿Y tú estás listo para empezar a conocerte a través de tus emociones?
Te presentamos 6 consejos útiles acerca de cómo reconocer las emociones en uno mismo y en otros, por: Andrés Carrillo, Psicólogo y redactor en temas de psicología.
1.- Acepta el motivo real de las emociones
Toda emoción responde a motivos que para nosotros tienen un significado particular, capaz de alterar nuestros niveles de consciencia.
Si aceptamos la situación y somos capaces de afrontarla por muy irracional que parezca la causa, entonces de igual manera reconoceremos la emoción que estamos teniendo en ese determinado momento.
2.- Reconoce tu entorno
El entorno influye en gran medida sobre nuestra emocionalidad, las situaciones que se desarrollan alrededor nuestro son capaces de hacernos sentir de muchas maneras. Es por eso que cuando tenemos un mejor dominio y reconocimiento del lugar que nos rodea, podemos reconocer qué es exactamente lo que detona las emociones que sentimos.
3.- Se consecuente con tus acciones
Para ser capaces de reconocer adecuadamente nuestras emociones, debemos intentar ser lo más consecuentes posible con nuestras acciones.
Esto quiere decir que en la medida en que nuestro pensamiento y nuestros actos vayan por el mismo camino, podremos reconocer nuestras emociones de una forma más clara, sin caer en disonancias cognitivas.
Por ejemplo, la inacción ante ciertos problemas que tenemos en nuestra vida posiblemente también nos causará dificultades a la hora de analizar cómo nos hace sentir eso, a través del autoengaño.
4.- Prevención ante emociones negativas
Cuando tenemos la capacidad de reconocer los factores que nos generan angustia, podemos ser capaces de prevenir entrar en contacto con dichos factores (en la medida de lo posible).
Al hacer esto estamos disminuyendo la probabilidad de presentar emociones negativas muy intensas que bloqueen nuestra capacidad de análisis. Por ende, el proceso de reconocimiento de nuestras emociones se verá favorecido, ya que no tendremos que lidiar con emociones extremadamente desagradables.
5.- Entender las situaciones como realmente están sucediendo
Este punto se refiere a la capacidad de cognición que tenemos todos los seres humanos. La cognición implica utilizar los procesos mentales superiores (análisis, pensamiento lógico, interpretación, resolución de conflictos, memoria, etc.).
Con la finalidad de ser entender las situaciones como realmente están sucediendo, y no como nos gustaría que fuesen, al emplear este tipo de pensamiento ya estamos reconociendo las emociones de una manera muy real y podemos buscar las mejores alternativas a nuestra situación.
6.- Aceptar que algunas cosas se salen de tu control
En ciertos momentos te encontrarás con situaciones en las cuales no podrás intervenir para alterar su resultado de la forma en la que te gustaría hacerlo. Es importante que tengas presente esta limitación.
A veces solo toca aceptar que las cosas están pasando de una manera determinada, y afrontarlo. Entender eso nos convierte en personas más sensatas y capaces de reconocer nuestras emociones en toda su amplitud, asumiendo que no las podemos manejar a nuestro antojo.
Referencias bibliográficas:
Salmurri, F. (2015). Razón y emoción: recursos para aprender y enseñar a pensar. Barcelona: RBA
Vallès, A., y Vallès, C. (2000): Inteligencia emocional: Aplicaciones educativas. Madrid, Editorial EOS.