Reseña / Esdras Camacho
Nunca juzgo una recomendación de ver una película, por sus premios, o por sus actores. Si no más bien por la persona que me la recomienda, si esa persona tiene mayoritariamente conexiones de gustos conmigo en el contexto político, social y artístico; por ello ciertos filmes han sido discriminados, por considerar que no se amoldan a mi perspectiva e interés.
Acamé Alvarado ha sido un excelente compañero de charlas. Hemos conversado de todo y nada, más de nada que de todo, porque yo no me atrevo a profundizar. Ha vivido enormes experiencias que le han fortalecido el espíritu aprendedor y entusiasta, pero él va a una velocidad de un Formula 1, y, yo solo soy un discípulo no tan aventajado que anda en Monopatín.
En fin, que me hizo una de tantas recomendaciones y decidí seguirle la pista a su recomendación.
Asi va la trama: El tonto del pueblo,(En algún lugar de una ciudad francesa de principios de siglo) Germaín conoce por casualidad en una tarde de paseo, a una viejecita de 95 años, que está hablando con palomas y tiene un libro en su regazo, él que también acostumbra hablar con palomas en ese mismo parque y en esa misma banca, tiene mucho que conversar, primero que todo de las palomas. Luego de las primeras impresiones, ella Margueritte le lee una estrofa de un párrafo de un libro que lee. Eso desencadena una serie de citas a la misma hora, una o dos veces por semana, para hablar de cotidianidades, pero sobre todo de las lecturas de Margueritte.
Este es uno de los primeros diálogos:
—Leer también es escuchar. Fíjese en los niños. Cuando les enseñas a leer, primero les lees en voz alta y si lo haces bien y ellos saben escuchar te pedirán más y al final lo necesitarán – explica Margueritte.
—¡Ah, sí, se enganchan! —responde Germain— Como con las drogas. Pero yo no he probado las drogas y tampoco he probado los libros.
Germaín, revela una vida llena de contrastes, en la que no es tomado en serio por nadie, sobre todo por la mala influencia de su madre que lo trato siempre de inútil, hizo correr la voz de esa creencia en todas partes, y desde niño, hasta ahora que tiene 45 años, él mismo se otorga poco o nulo valor intelectual.
Con cada charla, Germaín va atreviéndose a leer y descubre que no es tan difícil leer, como él lo ha creído. Llega incluso a pronunciar vocablos selectos, aprendidos en un diccionario, en sus típicas conversaciones con sus conocidos en la taberna del pueblo, lo que sorprende a la colectividad y provoca sus constantes burlas, ahora por hablar con propiedad.
En el desarrollo de la historia, el espectador va interpretando lo complejo del pensamiento, pues muchas de las veces nos hacemos ingenuos por capricho, y otras por circunstancias externas. Además de vale de la trama para mostrarnos autores célebres de la literatura como Albert Camus, Romaín Gary, y Luis Sepúlveda.
Sobresale de la película, la lectura como despertador, tabla de salvación ante el naufragio de la conciencia, la literatura como sombra, guarida y fortaleza. ¡La lectura como semilla de la felicidad!.
Cuando más encantado se encuentra con la ruta del aprendizaje autodidacta, Margueritte es sacada del asilo en donde residía por falta de pago y trasladada a otro de menor costo, a lo que él, ya empoderado, acude a verla y la “secuestra” para llevársela a vivir con él, como una madre.
La película es tierna, es cándida y es como nos gustaría que fuera la vida, con soluciones sencillas de implementar.
Desconozco la trayectoria de los actores, pero e n esta película son deslumbrantes.
Espero Acamé, pueda recomendarme más producciones como este filme.
“Mis tardes con Margueritte” Se ha sumado a mi lista de películas felices, necesarias.
Pd.- Está en youtube.
País: Francia
Año:2010
Estreno: Octubre de 2010 (DVD)
Género: Comedia, Drama
Duración82 min
Idioma(s)Francés, Flamenco
#odiseasPosmodernas